CASA DEL MIGRANTE TECUN UMAN

Mi’n Pon B’aj, está en idioma mam y significa: sin límites, sin fronteras, es el nombre de la Casa del Migrante ubicada en la ribera del río Suchiate de la ciudad de Tecún Umán, municipio de Ayutla, departamento de San Marcos, Guatemala, frontera con México, donde se trabaja tomando en cuenta que Los derechos de las personas no tienen fronteras.

Los Misioneros de San Carlos Borromeo-Scalabrinianos en la Frontera Guatemala – México.

A Guatemala, llegan en l992, misioneros de las tres provincias del sur: Argentina, Río Grande Do Sul y Sao Paulo (Brasil), para un estudio de campo pastoral para los Scalabrinianos.  Empiezan sus actividades pastorales en la diócesis de San Marcos con la presencia de P. Giancarlo Rizzinelli y P. Albino Matei. El 1 de julio de l994 se inaugura una Oficina de Atención al Migrante en Tecún Umán.   Al terminar el año los padres se regresan a su provincia de origen, entonces el obispo de la diócesis y  departamento de San Marcos, Álvaro Leonel Ramazzini Imeri contacta con el padre Ademar Barilli e invita para la misión con migrantes en esta diócesis. Después de todos los trámites y procesos, el 10 de marzo de l995,  llega a Guatemala para trabajar en la frontera como párroco de Catarina y  director de la Oficina de Atención al Migrante ubicada en Tecún Umán frontera con México.

Fueron tiempos difíciles por las condiciones que se vivían: Tiempos de guerra interna, en Guatemala, pocos  recursos humanos y económicos, la falta de infraestructura, la violencia provocada por el conflicto armado, etc. En la Oficina se trabajaba en las más mínimas condiciones, sólo estaba Rafael Franco, un laico de la parroquia de Tecún Umán, quien desde el comienzo había estado trabajando con los Scalabrinianos.   Muy buena labor desempeñaba, aunque no tenía condiciones de incrementar una labor pastoral y social más estructurada, por falta de recursos y de apoyo.   Poco a poco conociendo mejor la realidad del fenómeno migratorio de la frontera, se empezó con un plan pastoral y de actividades no sólo en Tecún Umán sino en toda la diócesis y región, en lo relacionado a la migración. Con la ayuda de la provincia de San Juan Bautista, se empieza una atención básica a los migrantes que llegan a solicitar ayuda de cualquier tipo. Con equipamiento básico y algunas personas voluntarias se pudo hacer la comida en las dos pequeñas salas que se estaban alquilando, también se iniciaron las entrevistas para conocer más profundamente la situación de los migrantes que pasaban por esta frontera.

No mucho tiempo después  el número de migrantes que acudían a solicitar ayuda ascendía a 70 diariamente. Esto nos llevó a tomar dos decisiones:   1ª, de construir una casa para atender a los migrantes en una forma más integral, de modo especial a los deportados de México y 2ª,  encontrar personas laicas para el servicio voluntario en la labor diaria de la casa.

En julio de 1995 empezaron a trabajar las primeras cocineras voluntarias y para el 5 de septiembre del mismo año ya habíamos conseguido 1,824 metros cuadrados de tierra donados por la municipalidad de Tecún Umán, para la construcción de La Casa del Migrante. Todo marchó muy rápido y a fines del mismo año ya se empezaba la construcción de las bases con el apoyo de la provincia de San Juan Bautista, Chicago, de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos, luego la primera etapa, con el apoyo de Cáritas de Alemania, y la segunda etapa con el apoyo de Misereor Alemania.

A principios de 1996 se comienza a atender a los migrantes en la nueva residencia, en este tiempo ya había empezado la labor de las primeras cocineras voluntarias y bienhechoras del municipio de Catarina, después de Pajapita y Tecún Umán.   En el camino muchos fueron integrándose como granos de arena en una construcción. Viendo la situación conflictiva que se vive en esta región fronteriza y la violación de los derechos de los migrantes, en septiembre de 1996 se instala como parte de La Casa del Migrante la Oficina de Derechos Humanos, que tiene como objetivo crear en la región una cultura de derecho, detectar y denunciar las violaciones a los migrantes, tanto en Guatemala como en México. El 1 de agosto de 1997, se inaugura la Casa, y a partir de esa fecha, se le da atención integral a los migrantes.

Surgimiento de la Oficina de Derechos Humanos

Para quien ha sido llamado a seguir las huellas de Cristo y vive profundamente la violación de los derechos de las personas que buscan mejores condiciones de vida, no le queda otra opción que vivir su sacerdocio y crear un espacio donde los migrantes puedan vivir con dignidad.

Así es que, en Tecún Umán, San Marcos, Guatemala, frontera sur-occidental con Ciudad Hidalgo, Chiapas, México, con la presencia de los misioneros de San Carlos Scalabrinianos y P. Jesús Rodríguez, párroco de la parroquia l Señor de las Tres Caídas, en ese entonces, presentan una propuesta para trabajar con derechos humanos. La Casa del Migrante, empieza entonces una oficina de derechos humanos, con el apoyo de la Iglesia Luterana de Dinamarca para disminuir las violaciones de los derechos de los migrantes, tanto en Guatemala como en México y crear en la frontera sur-occidental (en los municipios de Catarina, Pajapita, Ocós y Ayutla) una cultura de derechos en la población.

Empieza en septiembre de 1,996 como proyecto experimental, por 18 meses, con seis personas activas a tiempo completo:   Un coordinador P. Ademar Barilli; un abogado Lic. Ornán Barrios, una secretaria Nancy Barrios; una trabajadora social Lesbia Gabriel y dos  educadores Gema Maldonado y Mario Morales.

Con los resultados obtenidos en este tiempo, a fines de 1,997, en una visita de los representantes de la Iglesia Luterana de Dinamarca, se aprueba un fortalecimiento institucional y al mismo tiempo aprobación del proyecto hasta el año 2,000 con diez miembros, actuando a tiempo completo.   Se añadió al equipo inicial un contador, un asesor jurídico, una trabajadora social y una educadora, después fue disminuyendo el presupuesto, pero nos apoyó durante trece años.

Los resultados iniciales fueron increíbles, las violaciones de los derechos de los migrantes en la frontera de Guatemala con México fue algo sorprendente y al mismo tiempo alarmante. Jamás se pudiera comparar con las violaciones que se dan en el “NORTE”.

En distintos años la labor de la Oficina ha tenido diferentes objetivos, se inició con educación y promoción en derechos humanos, después la incidencia que se fue llevando a la investigación y ésta a descubrir otros campos de la migración, violaciones, trata, tráfico, secuestros, refugio…

Atención coordinada desde la Casa

Al inicio se atienden migrantes mexicanos, centroamericanos, sudamericanos y de distintos países del mundo, que llegan con la intención de llegar a los Estados Unidos y deportados vía terrestre de México, o por cualquier otro problema; a trabajadores agrícolas temporeros guatemaltecos que por temporadas van a trabajar a las fincas de Chiapas, México; a familiares de migrantes residentes en la región para informarles sobre gestiones y direcciones para apoyarles en la búsqueda de sus familiares muertos o desaparecidos; y al principio, por la coyuntura de la época, se acompañó a refugiados y retornados del conflicto armado interno de Guatemala.

Ahora y en estos últimos años podemos dividir nuestro trabajo en servicios internos y externos. Los internos son los que desde la Casa y la Oficina proporcionamos y los externos son aquellos que se hace en la región departamental, nacional e internacional.

Casa del Migrante. Da apoyo integral, a todo migrante que llega con diferentes necesidades: Atención humanitaria básica, asistencia social, psicológica, médica, odontológica, legal, información sobre  VIH/Sida y refugio; atención a familiares en la búsqueda de sus migrantes desaparecidos; reuniones con cónsules, jueces, autoridades municipales y estatales para disminuir la vulnerabilidad de los migrantes; Coordinación con instituciones para capacitaciones favoreciendo la inserción laboral y evitar la migración.

Módulo de atención a deportados. Antes era Puesto de Atención al Migrante, una oficina, que inició su trabajo en enero de 2011, después de varias gestiones y con el Apoyo de Cruz Roja Internacional y Cruz Roja Guatemalteca. Recibía en la frontera de El Carmen, Malacatán, a los deportados vía terrestre de México, de inmediato se les daba información general, se les proporcionaban llamadas telefónicas y se conducían a nuestra Casa los que necesitaban apoyo. Por la inseguridad que se vive en esta frontera, se propuso a las autoridades que las deportaciones vía terrestre de México se hicieran en Tecún Umán, y se logró desde el 17 de diciembre de 2015. La Dirección General de Migración los atiende, en el Centro de Atención a Deportados donde tenemos un Módulo

Pastoral de Movilidad Humana. En la diócesis de San Marcos esta Oficina, hace un trabajo pastoral de información general sobre el fenómeno de la migración, con talleres, foros, programas de radio y televisión, conferencias, eventos públicos

Todos en coordinación, apoyamos, informamos, sensibilizamos e incidimos, en migrantes, familiares de migrantes, población, maestros, estudiantes de escuelas, colegios, universidades y en autoridades de la región para disminuir la vulnerabilidad de la gente que migra.

Mirando la Casa.

Nuestra Casa está construida junto al río Suchiate, que sirve de frontera entre Guatemala y México; a partir de la tormenta Stan, en el año 2005, ha tenido que enfrentar inundaciones en la época de lluvia y fuertes temblores y terremotos, ocasionando daños que constantemente se reconstruyen.

Las instalaciones tienen capacidad para albergar a 80 personas, pero en ocasiones se ha sobre pasado la cantidad, donde para esto hay una área de emergencia y equipo; en el lado norte están las oficinas y la vivienda del director; en el sur el área de descanso de los hombres, el consultorio médico y la vivienda de los voluntarios, en el centro los dormitorios, cocina, comedor y salón para atender a los migrantes, todo separadamente para hombres y mujeres con su respectivos servicios sanitarios y duchas en primera y segunda planta.